Así que nada, me afiancé de los colgantes y cordones que tenía y me puse hacerle pulseritas y se las puse bien monas para que las pudiera regalar.
Aquí os dejo una muestra de como quedaron y os aseguro que las asistentes les pareció un detalle muy original, incluso alguna dijo que se la guardaba para el verano usarla como tobillera.
Valorar el trabajo artesanal, ni que sea una sencillez, es fundamental para los que nos dedicamos. No es cuestión de caro o barato, es cuestión de que hay mucho esfuerzo, trabajo y sobre todo mucho amor en lo que hacemos.
Gracias Mari por tu confianza. ¡Besotes!
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